Durante estos días de Septiembre todos los maestros y maestras preparan sus programaciones anuales, sus unidades, tareas, proyectos a desarrollar durante el curso, etc... Muchos tiran de editoriales, otros de normativa, internet, nos cambiamos documentos entre compañeros y compañeras, etc... La normativa cambia, los decretos cambian, las formas de evaluar, se habla de Unidades Didácticas Integradas, se habla de Tareas y Proyectos, etc. Pero a mi me preocupan otras cosas, yo programaría de otra manera, me plantearía una serie de cosas, que seguro muchos maestros y maestras nos detenemos a pensar, a programar, a darle vueltas... Os presento una serie de aspectos que rondan por mi cabeza, que me planteo a la hora de intervenir en mi aula, que quizá no reflejo en mis documentos organizativos y de planificación, pero que quizá, y con seguridad, guardan igual o mayor importancia que los indicadores, criterios de evaluación, contenidos, etc.
1. ¿Cómo voy a recibir por las mañanas?
Cada mañana una sonrisa, una mirada, una chocada de mano, un abrazo y unas palabras bonitas harán que entren alegres a clase, que aumente su autoestima y se enfrenten de forma positiva a la jornada diaria. Quizás no tenga nada que ver con el buen funcionamiento de la clase, o quizás sí. Quizás si los recibiera serio, sin hacer caso a sus cosas y sin dedicarles una sonrisa, quizás su actitud fuera más apática, o quizás no. Se trata de pensar en el recibimiento de las mañanas, en cómo nos gusta que nos reciban a nosotros, en que la entrada al cole sea agradable. No se si es parte de la programación o no, pero pensemos en cómo recibir a nuestros peques.
2. ¿Cómo voy a mirar?
Parece na cosa sencilla, la mirada, pero depende de cómo miremos, transmitimos unas cosas u otras. Yo programo pensando en que miro agachándome a su altura, miro con los ojos abiertos, miro dibujando una sonrisa, y miro a todos y cada uno de ellos y ellas. A veces no nos damos cuenta, pero no miramos a todos, alguien se nos escapa, a alguien no le dedicamos una mirada, y para nuestros peques, la mirada del profe o de la seño es fundamental, por lo tanto, programemos nuestra mirada. ¿Qué transmitimos si siempre miramos al mismo niño que participa continuamente? ¿Qué le sucederá a la niña que cuando habla nunca miramos? ¿Qué clase de maestro/a seremos si siempre miramos desde arriba sin mirarles a los ojos? Pensemos...
3. ¿Cuándo voy a hablar y cuándo voy a callar?
Siempre he pensado que el maestro no tiene por que saberlo todo, por lo que no siempre tiene que estar hablando. Los niños y niñas tienen muchas hipótesis, tanto científicas como matemáticas como de lectura y escritura, si queremos que intercambien entre ellos y ellas, quizás tengamos que planificar momentos de silencio por parte nuestra. Quizás tenga que hablar para plantear el reto y dejadles que hablen entre ellos, en pareja por ejemplo. Después de unos minutos en silencio les digo que intercambien lo que han pensado en pequeño grupo, y yo volveré a callar. Tras otros minutos es hora que cada grupo presente sus hipótesis a la clase, ¿todo es válido? Es hora de proponer, guiar, ejemplificar, modelar,... Planifiquemos el silencio.
4. ¿Cómo voy a detectar un sentimiento?
A veces no somos conscientes de que algún niño o niña de la clase tiene la mirada triste, quizás cuando llega alguien a clase muy contengo no mostramos interés en la noticia que nos trae, quizás estos momentos haya que programarlos. Podemos empezar la mañana subiéndonos a la silla y compartiendo lo que sentimos, o quizás no, quizás simplemente con acercarnos y preguntar sea necesario, "te noto triste, si me necesitas estoy aquí" unido a un abrazo o apretón en el hombro puede ser una gran intervención. Siempre hay una historia bajo una mirada apagada, hay que pararse a pensar, investigar y no juzgar a la primera.
5. ¿De qué manera voy a intervenir en la resolución de alguno de sus conflictos?
Los adultos tenemos claro como resolver los conflictos de los niños y niñas... ¿ o no ? son sus conflictos, sus historias, están creciendo y descubren la mentira, el desengaño, la frustración, ... podemos mostrarles distintas maneras de resolverlos, y dejarles tiempo para que resuelvan. Quizás tenga que programar qué frases decidles: confío en que llegaréis a una solución acertada, creo que si lo comentáis en grupo tendréis más ideas, estoy seguro de que lo resolveréis tarde o temprano, pensad que es lo mejor para el grupo, etc...
6. ¿Cómo hago para que interaccionen entre ellos?
Cuando algún niño o niña interviene en el aula suele mirar al maestro/a, quizás para buscar su apoyo, su afirmación, esa mirada de la que hablábamos antes, ¿cómo planifico para que hablen entre ellos? Quizás sea el momento de callar, de mirar a los oyentes en lugar del que está hablando, de proponer interaccione en forma de preguntas, programemos: propón otra idea a tu compañero, qué opinas de lo que ha contado, coméntale que hubieras hecho tú, quizás si le miras a los ojos,... Mientras que ellos hablan puedo adentrarme entre el público, o desaparecer en un rincón de la clase.
7. ¿Qué hacer para que escuchen cuando otra persona está hablando?
En la escuela suele escucharse esos palmetazos en la mesa para que se escuche al profesor, o ver a maestras con esos aparatos que amplifican la voz para no forzarla y los niños y niñas escuchen en estéreo, incluso uno semáforos que se ponen en rojo cuando las voces suben de ciertos decibelios, pero... quizás, simplemente con bajar la voz, esperar a que terminen de hablar de sus cosas, dirigirnos a un rincón de la mesa para captar su atención, quizás agachándome y susurrando a un alumno/a que esté prestando atención... quizás hablando bajito y no alzar la voz sirva para que el grupo escuche, o quizás no.
8. ¿Qué textos vamos a leer y escribir?
Infinidad de trocitos de textos para leer y comentar pueden encontrarse en la web, pero... ¿qué textos nos encontramos en la vida diaria? ¿sobre qué escribimos hoy en día? Leer y escribir con sentido, leer y escribir a partir de textos, en papel o formato digital, nos encontramos en nuestras vidas. ¿Lo programo? claro que lo programo, pensamos en esos textos de la vida diaria y planifico su lectura y su escritura, abiertos a futuros textos que los niños y niñas lleven al aula.
9. ¿Cómo les enseño a autorregularse, autoevaluarse y aumentar su autoconcepto?
Son muchas las preocupaciones que hay por la evaluación, exámenes, pruebas externas, rúbricas... pero los niños y niñas saben realmente a dónde tienen que llegar, cómo deben mejorar y para qué le van a evaluar. Quizás haya que cambiar la cultura de la evaluación por la cultura de la autoevaluación para la mejora y autorregulación, por que si sabemos en qué fallamos y cómo mejorar, veremos resultados y aumentará nuestra autoestima, aplicado al alumnado y al profesorado. Hagamos realidad eso de la evaluación individualizada partiendo del desarrollo madurativo de cada uno, de sus propios intereses y conocimientos, y mostremos recursos, ideas, estrategias y maneras de mejorar y autorregular el aprendizaje, ¿cómo hacerlo? programemos...
10. ¿Cómo me voy a despedir?
Si les recibo con un abrazo, me despido con otro abrazo, con un esta tarde pensaré en vosotros y vosotras, mañana me encantará volver a veros, pensad en el profe, etc. La idea es aumentar su autoestima, que lleguen alegres al cole y se vayan igual, ¿a quién no le gusta sentir que piensan en él? En clase hay un cofre, un cofre que guarda sorpresas, sorpresas que salen alguna vez, de forma inesperada: plumas de colores, pegatinas mágicas, estrellas de deseos, besos invisibles, olor a chocolate, etc... esa magia que los niños y niñas esperan de su profe o su seño, esa magia que debe existir en la escuela, esa mágia que a veces se pierde con tanta programación didáctica, objetivos, indicadores,...
Hola!
ResponderEliminarMe ha encantado esta entrada. Gracias por recordarnos todas las cosas tan importantes que a veces dejamos un poco fuera de tanta programación.
Saludos!!
Elisa
Hola. tienes razón con las miradas. La comunicación no verbal conunica y es importante apreciar la información que os proporciona. Me parecen unos plateamientos muy enriquecedores para impalntar en el desarrollo del aula. seguimos en contacto
ResponderEliminarYo también lo voy a planificar en casa. Me encanta leerte Luis. Gracias !!
ResponderEliminar¡Me ha encantado tu reflexión! Un saludo.
ResponderEliminarQUIZÁS no hace falta que todo esto ocurra, pero sí hace falta CREERLO.
ResponderEliminargracias por recordarlo.
Una reflexión muy acertada, imprescindible comentarla en las reuniones de ciclo. Muchas gracias
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